La interacción con perros ayuda a mejorar las habilidades sociales y aporta un estímulo multisensorial y muy motivador para los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Es la tercera vez que este proyecto que trabaja hábitos de autonomía y relación social de niños con TEA se pone en marcha en Móstoles.
Uno de cada 160 niños padece un Trastorno del Espectro Autista (TEA), según los datos de la Organización Mundial de la Salud. El contacto con animales puede ayudar a mejorar las habilidades sociales y las capacidades de comunicación de los niños y niñas con TEA.
Atendiendo al efecto positivo de este tipo de terapias para el bienestar y la calidad de las personas con TEA, la Oficina de Intervenciones Asistidas con animales de la Universidad Rey Juan Carlos ha presentado hoy un programa pionero de terapia con perros en el CEIP Alonso Cano de Móstoles. El proyecto, que es la tercera vez que se realiza en Móstoles, trabaja hábitos de autonomía y relación social de niños con Trastorno del Espectro Autista, interactuando con perros adiestrados para este fin.
Durante el curso se van a realizar 12 sesiones, una a la semana, que buscan mejorar las capacidades de los cuatro menores que participan en el proyecto. Los perros de terapia aportan una nueva herramienta de trabajo además de ser un estímulo multisensorial y muy motivador para los niños y las niñas.
Se trata de un programa de formación de valores para escolares, tal y como ha explicado, Israel González, responsable de la Oficina de Intervención Asistida con Animales de la URJC, que financia el proyecto. Se desarrolla junto con profesores y alumnos del aula especial para el alumnado con TEA del colegio, denominada “Aula de hormigas”.
La Alcaldesa Noelia Posse, acompañada por la Concejala de Educación y Juventud, Natividad Gómez, junto con la directora del colegio, Eloísa Solís, y varios docentes del centro, responsables e inspectores del Área Territorial Sur de Educación, han asistido a la presentación del programa.