Del 14 de enero al 9 de febrero
El Museo de la Ciudad acoge la exposición ‘Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto’
- Gracias a la labor humanitaria de personas como Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca, en Hungría, varios miles de judíos lograron salvar su vida y preservar su libertad.
El Museo de la Ciudad acogerá, del 14 de enero al 9 de febrero, la exposición ‘Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto’.
Promovida por la Concejalía de Seguridad, Convivencia, Cultura y Transición Ecológica y con entrada gratuita, esta muestra, que pertenece al fondo de exposiciones itinerantes del Centro Sefarad Israel, es un homenaje a los diplomáticos españoles que durante la II Guerra Mundial y por propia iniciativa ayudaron a los judíos perseguidos por el nazismo.
“Gracias a su labor humanitaria, varios miles de judíos lograron salvar su vida y preservar su libertad. Su comportamiento constituye una prueba de que siempre es posible resistir a la injusticia y a la barbarie”, explican los organizadores.
Entre 1939 y 1945, miles de judíos víctimas de las leyes raciales nazis pudieron salvar su libertad y sus vidas gracias al compromiso ético y a la labor humanitaria que, por propia iniciativa y en circunstancias muy adversas, desarrollaron diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana o de los gobiernos colaboracionistas de los países ocupados.
Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca, en Hungría, “actuaron de forma valiente y decidida y aprovecharon las relaciones de amistad hispano-alemana para hacer valer la protección consular española y ayudar a los judíos perseguidos”.
“La historia del Holocausto no es sólo la de los verdugos y sus víctimas. Hubo también quienes no quisieron ser espectadores pasivos de la tragedia y sintiéndose interpelados por su conciencia, decidieron actuar e implicarse. Entre ellos están los héroes, los que arriesgaron sus vidas o incluso las sacrificaron, para salvar las de otros. Pero también hay otro grupo de individuos cuya gesta fue más modesta, aunque no por ello menos merecedora de recuerdo y tributo: los que aprovecharon el margen de influencia que les permitía su posición o profesión para proteger y auxiliar en lo posible a los judíos condenados al exterminio en Europa”, añaden desde el Centro Sefarad Israel.